Nagoya, la cuarta ciudad más grande de Japón, combina historia samurái, tecnología de punta y una vibrante escena gastronómica. Conocida por su legado Tokugawa y su importancia en la industria automotriz, es una ciudad ideal para una escapada cultural y gastronómica.
Uno de los principales atractivos es el Castillo de Nagoya, un símbolo del poder del shogunato Tokugawa con su imponente torre y el restaurado Palacio Hommaru, donde se pueden admirar lujosos murales dorados. Para los amantes de la historia, el Museo de Arte Tokugawa exhibe armaduras, espadas y objetos pertenecientes a esta influyente familia samurái.
En el ámbito tecnológico, el Museo Conmemorativo de Toyota ofrece una mirada al desarrollo de la icónica marca japonesa, desde telares hasta vehículos de última generación. Quienes prefieren la arquitectura contemporánea pueden visitar Oasis 21, un centro comercial con una azotea de cristal y una vista panorámica de la ciudad.
Nagoya también es un paraíso para los foodies. Su plato más emblemático es el Hitsumabushi, anguila asada que se disfruta de tres maneras distintas. Otra delicia local es el Miso Katsu, una versión del tonkatsu con una espesa y sabrosa salsa de miso rojo. Para un ambiente más tradicional, el barrio de Osu ofrece callejones llenos de tiendas vintage, cafés y templos como Osu Kannon.
Para quienes desean explorar más allá de la ciudad, Inuyama, a solo 40 minutos en tren, alberga uno de los castillos originales más antiguos de Japón y el pintoresco museo al aire libre Meiji Mura. Otra opción es Ise, hogar del sagrado Santuario de Ise, el más importante del sintoísmo japonés, rodeado de calles tradicionales con dulces y bocadillos típicos.
Con su combinación de historia, innovación y gastronomía única, Nagoya es un destino que merece más atención en cualquier viaje a Japón.